Edwin Laverde
Colombia Megadiversa-La Verde Suramérica
La fotografía de la naturaleza tiene valores de registro documental y valores estéticos o artísticos. Documentando, el hábitat, la especie son lo importante, es decir, el bosque, el río, el insecto, el ave, el mamífero, la planta, el árbol, son la prioridad, se requiere la identificación de la especie y su relación con el entorno. Pero, si lo que se quiere es una composición estética resaltando la belleza y las cualidades visuales de la naturaleza, el individuo como tal pierde importancia y otros elementos toman relevancia: los colores, las texturas, las formas, las líneas, la incidencia del sol, los contrastes, en fin, un cúmulo de cualidades que estimulan la retina y reconfortan el espíritu al mirarlas.
Cuando hablo de composición, no me refiero a una fotografía controlada tipo bodegón, en donde el fotógrafo dispone todo a su antojo, no, es la improvisación, es el ojo de observador capaz de abstraer fragmentos de la naturaleza en donde, a pequeña escala, nos ofrece sorprendentes riquezas visuales.
Podría asegurar, sin temor a equivocarme, que la naturaleza es una fuente inagotable de expresiones gráficas. Todas las formas posibles, las líneas, los colores que se plasman en lienzos y en papel creando obras artistas, sin duda, la naturaleza ya los había inventado. Un pintor puede extraer pigmentos de una flor, una hoja , una roca o un insecto, pero como fotógrafo mi paleta de colores es interminable, la naturaleza es la madre de los colores y las formas.
Como fotógrafo, tengo estos dos intereses, documentar, consiente que la fotografía de naturaleza es una valiosa herramienta de concienciación ambiental y con la técnica macrofotografía, magnifico las cosas pequeñas, resaltando los colores, las formas y las texturas haciendo una abstracción de fragmentos de escenas y elementos de la naturaleza y exhibiéndolas como obras artísticas.